Tiempo: Sol, nubes y tormentas nocturnas
En el día que ya estaba Sor María en casa me levanté temprano con ganas de ayudar, o vivir cosas distintas, bajo sus consejos y recomendaciones.
Aunque ella tenía mucho trabajo llamó a Marco, un señor ecuatoriano muy amable, que me llevó a dar una vuelta para que conociera alguna comunidad en el interior de la selva. Como teníamos que estar pronto en casa me llevó hasta una que estaba cerquita. Pasamos 20 kilómetros atravesando carreteras de tierra con todo tipo de baches y adentrándonos en la selva hasta llegar al punto en el que el rio Puyo se unía al río Pastaza.
Allí vivía una pequeña comunidad que hacia algo de negocio con el turismo y que tenía una gran variedad de cabañas en las que se podía vivir igual que lo hacían ellos. El ambiente era tremendo, los papagayos, loros, monos y diferentes animales andaban libremente entre nosotros y, como en la última vez que me adentre a la selva con mis amigos, me sentí en conexión con ese ambiente.
Descansamos entre ese paraíso sobre una hamaca y volvía a estar en uno de los ríos que llegan al Amazonas sintiendo esa magnífica energía que nos envolvía. De ahí Marco quiso invitarme a un pescado como lo llaman ahí entre unas hojas de un árbol selvático. Estaba bien rico adornado con yuca y cebolla.
Un manjar de la selva que mi cuerpo no olvidará jamás...
De vuelta a casa con Sor María me dio de almorzar y descansamos viendo el Barcelona jugar la champions.
Ya era un día especial por aquello que había visto y finalicé la jornada cerrando los ojos y deseando seguir disfrutando de días como este en el que conocí a un buen señor en una comunidad en la selva. Me llené de la energía del lugar antes de saber que en Chile había habido un terremoto de escala 8,4 y que podía haber un maremoto en cualquier momento aunque yo estaba a salvo.
Etiqueta: La vuelta al mundo
16 / 09 / 15