Distancia recorrida: 22 km
Tiempo: Niebla
La hora había cambiado y ahora marcaban las diez de la mañana, una hora menos que en Japón. El tiempo era nublado y con niebla. Al salir al exterior del barco vimos por primera vez los rascacielos de Shanghai.
Era increíble. Extraordinarios rascacielos de formas tan variadas que mi vista no daba crédito. Pasamos por uno de los puentes más famosos de la ciudad y, finalmente, el barco se detuvo en el río tocando el famoso barrio de Bund.
Pasé sin problemas los pertinentes controles de la aduana y recogí la bicicleta... por fin estaba de nuevo en China y era el momento de buscar el hostal que había reservado: Hostl Phoenix, barato, menos de diez euros (que por ser shanghai no está nada mal) y céntrico: al lado de la plaza People's Square. El centro de referencia en Shanghai.
Habiéndome acomodado en una de las literas y dejando la bicicleta en la terraza superior, conocí a Atlas, un chico de Hong Kong que acababa de llegar al igual que yo.
Atlas, muy amigablemente me comentó la idea de comer juntos, con lo que accedí encantado. Él hizo el pedido en uno de los restaurantes baratos de la zona. Comí muy bien y barato, ya que me invitó él mismo.
Después él quería ir de compras y yo a visitar algo de la ciudad con lo que nos separamos. Estuve recorriendo el Bund. The Bund: es el lado histórico de Shanghai, con muchos edificios centenarios y, desde el cual, se puede ver en la otra orilla del río: el barrio financiero con sus grandes rascacielos y su representativa torre de TV más alta de toda Asia.
Allí pude comprobar el bullicio que se monta en la zona, con multitud de personas paseando y haciéndose fotos.
Sobre las siete de la tarde habíamos quedado con Atlas para cenar con lo que llegué justo a tiempo. En la habitación estaba esperándome él, junto a Yolanda (chica China, aunque no lo parezca por su nombre), Julia (otra chica china afincada en Alemania) y otra chica Francesa (que ahora se me ha olvidado el nombre) sorry.
Fuimos los 5 a cenar en un restaurante en el que ponían diferentes tipos de comida cruda y en el centro un cuenco con agua hirviendo para cocinarlo tú mismo. Era raro y diferente; pero estuvo bien.
Luego subimos a la terraza superior del hostal donde había un bar abierto con vistas a la ciudad y tomamos una cerveza. A la par me convencieron para ir a algún club; aunque mi atuendo no era el más apropiado.
Lara, una chica que conocí en Beijing y que vive en shanghai, nos dijo para ir al bar Rouge situado en el Bound, así que fuimos.
Cuando llegamos allí los porteros me dijeron que no podía entrar con mi vestimenta fashion con lo que la noche terminó allí. Era una pena porque la noche de Shangai es muy especial y recomendable.
La vuelta al mundo en bicicleta por Jordi Romo
Etiqueta: La vuelta al mundo
28 / 08 / 14