Trayecto: Besa - Shkodra Distancia recorrida: 65 km Tiempo circulando: 5:06 horas Media: 12 km/h Tiempo: Nublado
Noche fría, muy fría, la que he pasado en la tienda. El termómetro no ha subido de los 3 grados bajo cero y me he levantado con los ojos hinchados. De nuevo la esterilla se ha vuelto a pinchar por el mismo sitio. Así que la noche no ha estado en consonancia con el paisaje que me rodeaba. Lo único bueno ha sido contemplar el amanecer desde ese lugar privilegiado.
Una vez he desmontado la tienda y organizado mi bicicleta, he hecho el esfuerzo de salir y es que las manos me dolían y nada me quitaba ese dolor, al igual que los ojos, que no dejaban de llorar por el frío.
Para llegar a mi destino, Shkodra, Albania, tenia que seguir bordeando el lago para terminar saliendo por la montaña más alta de la zona, a 1000 metros sobre el nivel del mar. No ha sido una subida fácil; pero con calma y sin prisa he podido ir superando esa subida al mismo tiempo que iba observando los pueblos que había en el camino.
Después de esos 40 kilómetros de subida ya ha sido coser y cantar. Por fin he cruzado la frontera de Montenegro a Albania. Me han fotocopiado el DNI me ha metido la mano en el c... para saber su llevaba algo escondido. Es bromaaaaa... nada lejos de lo normal.
Cuando he pasado la frontera ha comenzado a impactarme la suciedad y de la gente... y es que ha sido poner un pie (o una rueda) en Albania y la gente se me ha tirado encima para pedirme dinero, saludarme, o no sé para qué, porque no les entendía.
Ya en los primeros 15 kilómetros recorridos me he dado cuenta de la diferencia que había, tan brutal, de Montenegro a Albania. La vida en Albania es muy distinta y las condiciones en las que viven algunos de ellos es malísima. Suciedad, casas medio a construir, burros en medio de la carretera, coches destartalados etc. son alguno de los detalles más visibles de la miseria que, de momento, veo existe en este país.
Cuando he llegado a Shkodra me he dirigido a su monumento más famoso: un castillo muy antiguo y grande que está medio derruido; pero la gente lo trata genial. Van con las cabras a cortar el césped, a beber, etc... una pena que, a la postre cuando entras, hay un cartel que dice que se tiene que pagar. No hay nadie para cobrar; pero luego aparece un señor pidiéndote dinero. Como no tenía muy buena pinta me he hecho el loco y ya está.
Shkodra tiene mezquitas e iglesias curiosas. Aquí todo funciona con la moneda lek, que al cambio sale unos 140 leks por euro. He cambiado dinero y he podido comprobar que aquí es todo más barato, cosa que me alegra mucho.